El tratamiento ortodóntico tiene como objetivos conseguir una buena alineación dental y procurar una oclusión (cierre de la boca) correcta. Se realiza principalmente mediante aparatos correctores que pueden ser fijos o removibles. Los aparatos fijos, son los que llamamos "brackets" y constan de unos pequeños soportes adheridos a los dientes, a los cuales se adhieren a su vez fuertemente unos arcos finos y elásticos de níquel-titanio mediante un conjunto de ligaduras, que proporcionan la energía necesaria para producir el movimiento de la dentadura. Su efectividad es mayor y están especialmente indicados para corregir los defectos más acentuados y/o graves.
En los dientes existen unos sensores llamados "receptores propioceptivos peridontales" que sirven para saber qué fuerza hay que hacer con la musculatura para masticar, así no mordemos igual un suggus o un bocadillo gracias a la información que nos proporcionan estos receptores. La movilidad fisiológica de los dientes es de 0.75 nanómetros a 20 nanómetros, y estos receptores responden a desplazamientos de sólo 1 a 4 nanómetros, movimiento que corresponde a una fuerza de 1 a 5 gramos. Si sabemos que algunos aparatos correctores, como los brackets, aplican fuerzas de hasta 400 gramos podemos afirmar que estos aparatos estimulan los receptores peridontales.
Desde un punto de vista osteopático es interesante observar como estos aparatos, sobretodo los fijos (ya que el estímulo se alarga en el tiempo) pueden provocar un cambio en el esquema general de la postura y sobretodo en las estructuras craneales. Un cambio en los estímulos normales de los receptores peridontales puede dar como resultados perturbaciones en el equilibrio, alterando así el esquema postural sobretodo a la altura de las cervicales altas. Estas alteraciones pueden llegar incluso a la pelvis mediante modificaciones de la culumna vertebral o las cadenas musculares, teniendo capacidad de producir algún síntoma, si es que lo hacen, incluso en zonas alejadas.
No será extraño entonces que durante el proceso de un tratamiento ortodóntico aparezca cierta sintomatología como:
o Migraña, transtornos digestivos de polaridad parasimpática, transtornos de la mandíbula, de sus músculos, modificaciones en las relaciones oclusales, estrabismos, vértigos, acúfenos (pitidos en las orejas), neuralgias del trigémino y efectos sobre el drenaje venoso.
o Relacionada con los músculos masticadores y de la cara anterior del cuello; dolor en la oreja, en los molares, en la rama horizontal de la mandíbula, en el cuello, etc.
o Dolor en la cara anterior del cuello, en los músculos supra e hifrahioideos, en la zona suboccipital, cefaleas, etc.
El hecho de que un tratamiento ortodóntico mediante aparatos fijos pueda hacer aparecer una cierta sintomatología no significa que sea nocivo o no beneficioso, es más en la mayoría de los casos es necesario y/o muy beneficioso, ya que aspectos tan importantes como la fonación, la masticación o la deglución, dependen de una correcta oclusión dental. Ademas estos tratamientos se utilizan también para corregir problemas mayores de la mandíbula y huesos maxilares como; luscaciones o fracturas.
También se debe tener en cuenta el beneficio a nivel psicológico que puede suponer un tratamiento, ya que también se utiliza con finalidades estéticas, debido a la relación que hay entre los huesos maxilares y la forma de la cara.
La osteopatía ofrece un amplio abanico de posibilidades y técnicas que permitirían hacer desaparecer o aliviar las molestias que puede provocar la ortodoncia. Por eso muchos profesionales del mundo de la osteopatía como Viola Frymann, ponen énfasis en la colaboración entre osteópatas y dentistas. Pero aún teniendo en cuenta esta reivindicación y el beneficio que la colaboración aportaria a los pacientes, la situación actual en España dista de la interrelación entre osteópatas y dentistas, sobretodo porque se podría decir que la matoría de dentistas desconocen o tienen ideas pobres de lo que es realmente la osteopatía y de hasta qué punto podrían encontrar en el osteópata un aliado en su práctica clínica, puede ser debido al vacío legal en el que se encuentra la osteopatía en España y a que la investigación en osteopatía es algo muy reciente.