El pasado sábado 13 de Abril participé en un encuentro de la sección
tarraconense del colegio de fisioterapeutas de Cataluña en el que se abordaba
el latigazo cervical desde un punto de vista multitécnico. Un fisioterapeuta
expuso una introducción teórica sobre el latigazo cervical y a partir de ahí 4
profesionales, con diferentes especializaciones, explicamos cómo abordaríamos
un tratamiento desde nuestro punto de vista; acupuntura, masaje fascial,
punción seca, Mulligan y yo me encargué, cómo no, de la visión osteopática. En
primer lugar hice una introducción teórica donde argumenté porque para los
osteópatas el latigazo es un problema con implicaciones globales y que
compartiré en esta entrada. Posteriormente hice una propuesta de exploración y
tratamiento donde utilicé técnicas adaptadas para que los fisioterapeutas las
pudieran poner en práctica y que compartiré en una entrada posterior.
LATIGAZO CERVICAL
Se define como un mecanismo de transferencia de energía por una aceleración
y desaceleración brusca. Esta implicación súbita de energía se da en un espacio
tan corto de tiempo que el organismo y
sobretodo las partes blandas no la pueden absorber, teniendo como consecuencia
y en el peor de los casos fracturas u otras lesiones anatómicas.
El mecanismo lesional puede ser variado pero si tomamos como ejemplo un
impacto posterior constará de dos fases: una de flexión y otra de extensión. En
la primera fase habrá un impacto contra el respaldo y el asiento del vehículo
provocando una flexión dorsal y una contranutación sacra, los ligamentos y las
meninges (estructuras con un amplio poder de amortiguación) no podrán absorber
tanta energía y la columna cervical se adaptará forma de S (Ortega Pérez A 2003)
de manera que las vértebras cervicales superiores (hasta C5) estarán
flexionadas mientras que las inferiores extendidas. En la fase de extensión el
tórax y la pelvis quedarán fijados por el cinturón de seguridad frenando el
desplazamiento de la columna y el raquis cervical hará una flexión máxima
pudiendo provocar lesiones anatómicas como fracturas o esguinces ligamentosos.
Son numerosas las consecuencias de tal impacto pero todos los estudios
coinciden (Álvarez, Granados, Reyes y Campos 2002) en que la vértebra más
afectada será C5, provocando como consecuencia dolor y limitación articular a
nivel cervical. Además de este segmento vertebral parten raíces nerviosas que
inervarán las extremidades superiores, pudiendo provocar pérdida de fuerza y
dolor en brazo, antebrazo y manos. También parten de C5 raíces que formarán el
nervio frénico, encargado de inervar el diafragma y será normal encontrar disfunciones
diafragmáticas y alteraciones posturales derivadas de estas. C5 es también una
vértebra importante a nivel osteopático puesto que es un pívot (sus caretas articulares
son prácticamente horizontales) y éstos son claves para el control postural.
Dejando de lado el raquis cervical también existirán otras disfunciones
producidas en un latigazo como; problemas de la clavícula o el hombro izquierdo
(derecho en el caso de algunos países anglosajones) derivados del cinturón de
seguridad, disfunciones dorsales, sobretodo a nivel de D1 y a consecuencia de
la fase de extensión, alteraciones del sistema nervioso autónomo (como sudores,
distrofia simpático refleja u otras) ya que la cadena simpática se encuentra a
nivel dorsal, problemas lumbares o pélvicos y también psicológicos, ya que un
accidente de tráfico es una experiencia traumática. De hecho en la anamnesis el
100% de los pacientes que acudan a consulta lamentarán dolor cervical, un 97%
cefalea, un 50% mareos e inestabilidad, entre un 30& y un 42% lumbalgia y
un 18% disfagia (García FJ 2004). Llegados a este punto y teniendo en cuenta la
amplitud y variedad de síntomas es normal que en la osteopatía se entienda el
latigazo cervical como un LATIGAZO GLOBAL y sea más común el término whiplash para
referirse a él.